Thursday, January 22, 2009

A otro ritmo… (fragmento)

Atisbos del movimiento 'Cittaslow' se perciben en Puerto Rico con su promesa de una mejor calidad de vida.

Por Aurora Rivera / arivera@elnuevodia.com
Originalmente publicado en El Nuevo Día, sábado 17 de enero de 2009

¿Podrá algún día la gente de Adjuntas, San Germán o Barranquitas ver a su pueblo boyante económica, social y culturalmente, trabajar y vivir allí sin tener que emigrar o viajar diariamente a pueblos distantes y más ajetreados, lejos de su familia y su hogar?

Un deseo similar dio paso a la idea que desde octubre de 1999 ha motivado a los líderes de más de 70 ciudades a certificarlas como 'cittaslow' o ‘slow cities’ (ciudades lentas).

Todo comenzó en Greve in Chianti, Italia, donde su entonces alcalde -Paolo Saturnini- quiso que su gente viviera de forma menos frenética, pero más humanizante y ecológicamente correcta, de modo que se creara una sociedad más solidaria y con más respeto a lo local aunque consciente de la globalización.

Buscó la ayuda de Carlo Petrini, padre de 'slow food', movimiento que a su vez surgió en 1989 para contrarrestar el 'fast food' mediante el redescubrimiento de los sabores culinarios regionales y el disfrute pausado y placentero de estos. Al rescatar esa sabiduría del pasado y combinarla con lo mejor del presente y del futuro los italianos crearon la tendencia que ya ha llegado a países como Alemania, Gran Bretaña, Corea y Noruega, entre otros.

Según se explica en el sitio electrónico www.cittaslow.net, las certificaciones se
efectúan analizando detalladamente 59 puntos en seis categorías principales: política del medio ambiente, política de infraestructura, tecnologías para la calidad urbana, valorización de las producciones autóctonas y conciencia de los ciudadanos. Además, “las Cittaslow ofrecen siempre lugares especiales con ocasiones culturales y encuentros sociales”, “tienen la capacidad de hacer moda y de enseñar a las metrópolis” y “el objetivo de sostén que va a la par con la calidad en todas sus formas”.

¿Será posible vivir eso en Puerto Rico, un país rico en cultura y recursos naturales, donde 60 de los 78 municipios tienen menos de 50 mil habitantes? Según informara a Por Dentro Pier Giorgio Oliveti, director de la asociación Cittaslow en Italia, ningún país de América está certificada, aunque ha habido peticiones de Brasil y Colombia. De hecho, un reporte del periódico El Colombiano en agosto pasado presenta a Pijao en el Quindío como la primera ciudad sin prisa de Colombia. Definitivamente existen movimientos cónsonos en la región, y en Puerto Rico.

De acuerdo con el arquitecto Jorge E. Ortiz Colom, algunos candidatos locales para 'slow city'serían San Germán, Maricao, Adjuntas, Comerío, Maunabo, Patillas o Barranquitas pues tienen alguna de las características de ciudades 'slow' como arraigo a la agricultura y la gastronomía tradicional, respeto al patrimonio histórico y natural, vida comunitaria y cultural, mentalidad conservacionista, entre otras.

Ortiz Colom reconoce que en las ciudades más metropolitanas podrían crearse bolsillos 'slow', pero en general estima que será algo difícil diseminar el concepto en la Isla porque ni los desarrolladores lo tienen presente. Por eso invita a reconocer la necesidad de adoptar principios del 'cittaslow' y a sacar tiempo para estar con uno misma, en calma y así vivir mejor.

Monday, January 19, 2009

IDIOMA, URBANISMO Y CULTURA I: ¿Puerto Rico... la Filipinas del Caribe?

Los que me conocen saben que resido en Guayama, ciudad del sureste de Puerto Rico, lugar objeto de controversia por la propuesta de su nueva alcaldesa Glorimari Jaime de anglificar nombres y rótulos - sobre todo en el centro urbano - para supuestamente atraer el turismo y promover el bilingüismo.

Aunque mi trasfondo personal es la arquitectura no puedo sustraerme a la importancia de otras manifestaciones culturales sobre todo el idioma, el cual como dijera Unamuno es la sangre del espíritu. El idioma no es como un gabán de abogado que se pone y quita a voluntad: incorpora una visión, un mindset, un Weltanschauung, un cadre de vie, ¿en cuántos idiomas tengo que decirlo? que puede aproximarnos o distanciarnos de la realidad.

Muchos de nosotros nos hemos interesado en naciones hermanas del universo hispano. Los países tocados por tres siglos o más por España son en rigor parte de nuestra sangre. A muchos les entusiasma el esplendor de México, la afinidad con Cuba o Santo Domingo, los misterios del Perú o las pampas y la cosmopolita capital de la Argentina. Nos atraen a veces por tener amigos o familiares, o por la imagen de las crónicas de viaje.

Bueno, hoy admito que el pais hispano que mas me "prende" es Filipinas. Sí, el distante archipiélago asiático a las puertas de la China. No tengo familia allí ni compañeros de trabajo, ni lo he visitado, ni tengo negocios, ni propiedades ni nada de nada personal allí. ¿Por que me intriga tanto? En parte, porque entre las naciones hispanas, y en parte gracias a los norteamericanos post-1898 y en parte a voluntad de sus grupos nacionales dominantes (los glorimaris locales, como dirán algunos de ustedes) cambió de forma abrupta y total el español como idioma de gobierno, enseñanza, negocios y medios de difusión... ¡POR EL INGLÉS! ¿A cambio de qué?

Paso el "micrófono" al distinguido intelectual e hispanista filipino Guillermo Gómez Rivera. En una entrevista para el website Letralia, dice él en su perfecto español que:
La pérdida del español para el filipino ha comportado el desarraigo de su propia cultura, por el que tanto los individuos como las colectividades filipinas hoy carecen de una voluntad para progresar. De hecho hay un refrán filipino que recita: "quien desconoce su pasado no entiende su presente y no tiene la voluntad de ganarse su futuro" (ang hindi lumiñgón sa pinanggaliñgan, di puedeng maka-intindi nang kanyang kasalukuyan, at hindi makararating sa paroroonan); en cierto modo - por la situación tan crítica que vivimos - el filipino piensa que no tiene ningún futuro.

Esta crisis de identidad se está traduciendo, en estos momentos, también en una crisis política que escinde al pueblo filipino entre la clase pobre, que es la inmensa mayoría, y la clase pudiente, que son más o menos 400 familias, sobre una población total de más de noventa millones. La crisis de identidad se traduce en la falta de idealismo y de conocimiento de sí mismo, por parte del ordinario filipino; pero también, de aquellos altamente educados supuestamente en inglés, que venden el voto al mayor postor.
En otras palabras, para los filipinos, el idioma INGLÉS ha sido igual a la perpetuación de la POBREZA. Un país culturalmente desarraigado que tiene que leer - ¡INCREIBLE! - a sus grandes próceres y autores como José Rizal, el padre de la patria, traducidos perdiendo la riqueza del idioma original; excluido de acceder a sus propios archivos nacionales por una colosal barrera lingüística; incapaz de entender la historia excepto aquella filtrada y traducida al anglosajón.

La economía filipina angloparlante dejó que el transnacionalismo mal entendido arruinara su industria y dejara a la agricultura en pobre condición con una continua insuficiencia alimentaria y despoblación del campo. La infraestructura es un desastre, sobre todo en la sobrepoblada y siempre ataponada capital de Manila, donde más de la mitad de la gente vive en arrabales tipo "El Fanguito"; algunos inclusive viven DENTRO de los vertederos municipales, vendiendo basura reciclada para subsistir.

Hay patrimonio cultural en el país: pero la ciudad antigua de Intramuros de Manila fue borrada del mapa en 1945, curiosamente por los americanos intentando reconquistarla. Muchos filipinos hispanoparlantes se fueron al otro mundo en la jugadita. Otros lugares adolecen - según las imágenes que he visto - de falta de mantenimiento y pobre manejo, y estoy convencido que al no poder entender los documentos antiguos, no se tiene a la mano toda la información histórica necesaria para asegurar su óptima conservación. Inclusive el monumento más conocido del país, las terrazas arroceras de los ifugaos, se han ido abandonando ya que no hay incentivos para mantener la población con sus milenarias, aunque cada vez menos rentables, tradiciones agrarias.

Es un país donde los mejores talentos emigran, en muchos casos a países europeos y otros más desarrollados de la propia Asia, en muchos de los cuales, a propósito, no se habla inglés. De hecho hay casi veinte mil filipinos emigrantes nada menos que en España, donde tienen que volver a masticar el castellano que se les ha negado en su país de origen - ¡tamaña ironía!. Una nación en perpetua crisis y en peligro de colapso económico: ¿ese es el futuro que deseamos nosotros para Borinquen? Por copiar a los anglonorteamericanos ("WASP-usenses", inteligente adjetivo inventado por Gómez Rivera), lo que vamos a terminar es, no como un enclave tropical de USA, sino como la Filipinas del Caribe, y sabe Dios si yendo en yolas a la República Dominicana.

Próxima parte: "Downtown": ¿entelequia o promesa?

Saturday, January 10, 2009

¿¡Puerto Rico en revista norteamericana de patrimonio!?


Quedé sorprendido al recibir mi primer ejemplar del "nueve" - enero y febrero - de la revista oficial del National Trust for Historic Preservation estadounidense, Preservation. En vista aérea el lado norte de la Plaza de Armas sanjuanera y el caótico paisaje de miradores hacia las calles Luna y Sol, y superimpuesto en letras blancas, ¡VIVA LA PRESERVACIÓN! (así, en castellano aunque la revista y su artículo están en inglés). Adentro, el periodista Eric Wills - cuyas credenciales no pude averiguar porque la nota del editor enfocó esta vez en sus "resoluciones" de año nuevo, las cuales espero que duren algo más que una promesa de Milhouse - expone una visión generalmente correcta, aunque parcial, sobre el estado del patrimonio en nuestro país.

En su escrito de 8 páginas impresas cuyo título se traduce como "Custodiando las glorias de San Juan" el articulista entrevista a algunos protagonistas de la escena "patrimonial" puertorriqueña (todavía me pregunto, porqué no se me acercó para darle una información que entiendo útil para comprender la situación tema de su escrito). Gracias a Dios que don Ricardo Alegría Gallardo fue uno de ellos - aparte del incondicional respeto que guardo a don Ricardo, cuando uno analiza de un punto de vista histórico las estrategias patrimonialistas que esgrimió a lo largo de su larga carrera, aun cuando objetivamente muchas de ellas adolecen de deficiencias. Pero lo que propuso don Ricardo en su tiempo fue lo mejor que se podía, ¡y reconozco que sus tácticas casi siempre fueron brillantes! ¿Qué sería el patrimonio puertorriqueño sin la oportuna defensa que montó en una época crítica?

De los otros con quienes Wills habló, algunos en este campo son algo, otros menos, otros nada. Pero la esencia del artículo tímidamente sale del sanjuanocentrismo encontrado en mucha información sobre el patrimonio puertorriqueño y al menos en cuatro párrafos lacónicos que resultan ser del proceso de P[as]eo Caribe (no menciona ese nombre allí) atisba algo de la participación social como componente esencial de la defensa de nuestra cultura construida. Sólo creo que Mr. Wills no debió haber perdido su tiempo entrevistando a Mr. Arthur Wood, el verdugo de P[as]eo Caribe... ¿para qué, para luego llamar provocateur a nuestro Tito Kayak? ¡Ahí es que la puerca entorchó el rabo!

El Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico toma protagonismo a pesar que no tiene el multidimensionalismo del NTHP continental (sobre el Fideicomiso y sus políticas postearé en el futuro, y va a tener algo de halago y algo de ranteo, se los aviso). Y solo hacen mención de la hacienda Esperanza de Manatí y del nuevo proyecto del acueducto antiguo de San Juan, no de las iniciativas exitosas de la entidad como la Hacienda Buena Vista de Ponce, la reserva de Guaniquilla, el Cañón de San Cristóbal, o el Faro de Fajardo y la reserva adyacente. Pero Lloveras y los Fideicomisarios - hello, wake up! - aun tienen que ver que fueron encomendados con una función divulgativa y educativa esencial que tiene que trascender los límites de los bienes raíces que custodian y la cadena de los fondos que reciben en propuesta o por ley. ¿Cuándo, señor, cuándo?

Concluyo este análisis presentando la e-cartita (en inglés, of course) que mandé al editor de Preservation sobre el articulito, y que resume otras de mis preocupaciones tras una frenética y crítica lectura del mismo.

Mr. Eric Wills' article on preservation in Puerto Rico ("Guarding the Glories of San Juan", Jan.-Feb.) did not explore sufficiently the role that community-based preservation has had in Puerto Rico, especially in older urban neighborhoods such as San Juan's early-20th-century Miramar, where high-rise encroachment and teardowns have been a constant threat. Actually we have in our State registers, besides Ponce, Old San Juan, and Miramar itself, seven other historic districts and close to 300 individually listed sites, a large number of them submitted by local civic and cultural organizations, or local authorities. One of these districts, San Germán in the southwest, is remarkable for its state of conservation, and the care many owners and residents lavish on their properties.

Because of historic factors, Puerto Rican architecture is phenomenally diverse for an island this size, and French, English, homegrown Creole and even American influences [se me olvidó mentar la española, pero, ¡qué rayos!, ya había apretado el botón "send"] have all shaped its heritage. Only exploring beyond San Juan's "Neoclassic-Colonial" walled city can one really appreciate the true challenges that we, Puerto Rican preservationists have to face - among others, recovering techniques of preservation of wood, brick and stone in the tropics, stabilizing residents in town centers, promoting local commercial and cultural activities, rural preservation, and navigating complex state and local regulations. The protection of our many delicate cultural landscapes in the country - the product of a long agricultural past linked to sugar, coffee, tobacco and smallholder farming, and some places are even redolent of our indigenous past - has become a major issue facing unrelenting construction of malls and subdivisions in the countryside with no sensitivity to the meaning of place. This phenomenon has sparked considerable community activism - often marching hand-in-hand with our many environmentalists - with infrequent victories in regulatory agencies and the courts.

Nos complace que nuestro patrimonio vuelva a tener primeras planas en una entidad patrimonialista de la envergadura del NTHP estadounidense. Pero, oigan, ¿desde cuándo nos han incluido dentro de los "Study Tours"... o cuándo alguno de los "Trustees" locales ha mencionado nuestra tradicional hospitalidad para traer en el futuro la National Preservation Conference anual a nuestra isla? Atención, parece que hay unos fusibles fundidos... :(

Saturday, January 03, 2009

Learning from San Mateo (III)

Durante la primera mitad de 2005, una espada de Damocles pendió sobre el sector de San Mateo en Santurce. Muchos de los residentes ya habían sido forzados a irse de la comunidad, a menudo parando en lugares tan "cercanos" como Aibonito y Barceloneta. Pero varios, tales como don Meinardo, don Gilberto, la familia Lasanta y doña Carmen en la calle Candelaria se negaron a salir. El edificio de Mary Anne Hopgood colindante con doña Carmen se había convertido en el Museo del Barrio, una colección heterogénea de objetos de la vida cotidiana de la comunidad, dejados a toda prisa por sus antiguos vecinos incapaces de mudar su vida a nuevos y (casi siempre) más pequeños domicilios. A su vez se empezaron tertulias, encuentros y momentos de socialización casuales que mantuvieron la moral de los defensores remanentes de la comunidad y de quienes dimos apoyo y solidaridad en este último momento crítico de la pasión y muerte de San Mateo.


Durante estos apasionados meses continuó el teatro popular, las excursiones nocturnas y el ambiente de animación. Amnistía Internacional hizo su reunión anual aquí y se presentaron películas, recordando yo con especial impacto el clásico Metrópolis hecho en 1926 por el director alemán Fritz Lang, filme que mostraba la distopia de una gran ciudad de voluminosos edificios, la que habia desahuciado a sus mayorías a un inframundo subterráneo, del cual estas se rebelaron. Entonces se propuso - ¿por qué no? - crear una contrapropuesta, una alternativa surgida de la comunidad restante que presentara la posibilidad de densificar y "mejorar" el sector manteniendo parte de su memoria, a su vez reteniendo y reclamando sus tradicionales residentes y ofreciendo viviendas para otros más.

Así, este servidor, en asociación con el ingeniero Rogelio Figueroa (el que años después se postulara para gobernador) pusimos manos a la masa y en varias sesiones dominicales sacrificamos los placeres recreativos y espirituales para dedicarnos a trabajar dicha contrapropuesta. Queríamos evitar la arrogancia y falta de sensibilidad a la huella del pasado del megaproyecto adyacente de Ciudadela, el cual casi arrancó de cuajo la memoria de varios lugares importantes para la vida de Santurce; y queríamos evitar la pretensión de desarrollar en grandes torres multipisos con el fin de épater a los inversionistas boricuas e internacionales con la promesa del glitz de gran urbe multinacional en el ambiente que solo hace un siglo fue de cangrejos, bateyes y pequeños propietarios de raíz afroborinqueña.

La propuesta final incluia un total de 198 apartamentos (93 existentes reusados), cuatro niveles de oficina en un edificio de esquina y 17 locales comerciales integrados a la trama del proyecto.Los apartamentos absorbieron varias de las relaciones espaciales tradicionales. Se proyectaron con sala lateral de profundidad completa, siguiendo la costumbre vernácula, aunque con ajustes para la privacidad moderna. Se les dotó de balcones frontales y el pasillo de acceso fue conceptualizado como una galería abierta con vista a patios comunes. El puntal interior de los apartamentos se hizo de 3 metros (10 pies). Los techos inclinados incorporarían dispositivos de recuperación de energía y agua - paneles fotovoltaicos, colectores solares, y cisternas para aguas de lluvia. Bajo las pendientes de estos techos, apartamentos pequeños servirían a personas solas o familias pequeñas.

De lo existente, varias casas de apartamentos y casi todos los edificios mayores (entre ellos el antiguo hospital Mimiya) se rehabilitarían y en algunos se proponían treinta espacios abiertos tipo “Loft” para atraer artistas debido a la proximidad del Museo de Arte de Puerto Rico. Las cinco casas de madera remanentes en el sector se quedarían, una como residencia y las otras reutilizadas como lugares de reunión y actividades culturales. El régimen propuesto de fideicomiso colectivo de tierras de los vecinos actuales, compartía la misma idea que ha sido postulada para los residentes junto al Caño Martín Peña, como medio para asegurar su estabilidad. Los estacionamientos quedarían bajo tierra, dejando arriba viviendas y espacios abiertos, con una plaza como transición al Museo de Arte.

Aunque la propuesta “insurgente” empezó a circular entre funcionarios y los primeros estimados de costo eran halagadores, todo llegó muy tarde para frenar la obstinada demolición del distrito, aun tres años después un páramo ocupado por una sola familia que resistió irse. No que el equipo de trabajo tuviese esperanzas de concretar este proyecto; los obstáculos eran formidables. Pero ver, aunque sobre papel, un desafío al conventional wisdom sobre intervenciones urbanas en zonas centrales fue estimulante para todos el equipo de trabajo.

Ya en septiembre de 2005 se ejecutaron los últimos desahucios, solo negándose a salir la familia Lasanta, gente demasiado imbricada en la cotidianidad santurcina como para esperar que sobreviviesen en los vacíos suburbanos y esclavizados a sus autos. Mary Anne acabó en una paradisíaca pero solitaria finca en los montes de Aguas Buenas, don Gilberto, el viejo nacionalista, se trasladó al Alto del Cabro a siete paradas de distancia pero la ayuda gubernamental prometida para arreglar su "nueva" casa usada y dilapidada nunca llegó - acabó arrimado en un solo cuarto junto a su hermana, hacinados ambos en la desesperación. De don Meinardo de la Antonsanti nunca volví a saber, me decían que andaba por Bayamón o cerca, y me imagino sin sus fieles gatitos, ahogándose en soledad.

La navidad de 2005-2006 testimonió la muerte final de esta esperanza mientras San Mateo, excepción hecha de la casa Lasanta, se convirtió en un páramo de cascotes de hormigón, madera astillada, y tierra baldía. Inclusive las promesas hipócritas de salvar fragmentos edificados como pisos de loseta criolla y los relieves del hospital fueron promesas vacías que no se cumplieron hasta donde conozco. Dos días antes de la conmemoración del Nacimiento del Niño Jesús, caminé el desastre con Mary Anne y Deborah Hunt, la titiritera y vecina de zona colindante; y los tres lloramos - Mary hasta deprimirse - la pérdida de lo que fuera un vital y humilde vecindario que pudo ser promesa para el futuro. ¡Oh... Qué triste Navidad!, como dice el popular bolero, pero fue doblemente triste porque significó la insensibilidad de los poderes públicos no sólo a un pueblo en crisis, sino a una memoria histórica y cultural que por mandato constitucional tienen la obligación de defender y recuperar.

Friday, January 02, 2009

BREGA... BREGA... ¡PERO BREGA BIEN!


Hoy le decimos ARRIVEDERCI a la caótica e improvisada administración de Acevedo Vilá y HELLOOOO!! a la siempre balsámica (hasta que no se descompone) esperanza que el gobierno de Luis Fortuño traiga una gestión superior de los asuntos de estado. Durante unos cuantos días nos hallaremos en una especie de limbo mientras todo se rearregla con el ascenso de los nuevos y reelectos alcaldes.

Esta entrada de hoy es una apasionada, hasta donde me quede pasión por algo, petición al gobierno entrante en lo relacionado con el rescate del patrimonio. Ante todo, quiero que sea leida por parte de la Fortaleza, la Junta de Planificación, y las dos agencias patrimoniales de Puerto Rico, el Instituto de Cultura Puertorriqueña y la Oficina Estatal de Conservación Histórica.

No es secreto que nos hallamos en una delicada crisis tanto fiscal como moral de nuestras instituciones. Y el patrimonio cultural, artístico, arquitectónico y arqueológico ha sufrido. ¿Cómo podemos justificar que nuestro principal archivo histórico lleve medio año cerrado? ¿Por qué hemos visto demoliciones de edificios aun en zonas históricas declaradas tales como Guayama, en donde se ha acabado de "limpiar" una manzana completa con algunas casas que aportaban al carácter del área, con el fin de hacer un supuesto centro gubernamental? ¿Cuántos museos de nuestro país trabajan a "medio pocillo" o se han cerrado por falta de personal o por malas condiciones de mantenimiento?

Nuestro temor es, dado la escasez de fondos y los déficits proyectados en el futuro, que se decida prescindir de esta faceta cultural importante por verse menos esencial que la educación, la salud o la infraestructura. En realidad, nuestro patrimonio educa, mantiene la autoestima y moral del pueblo y por tanto su equilibrio mental y de salud, y es una parte vital de infraestructura urbana, rural y de turismo de la cual no se toma nota adecuada en los procesos de ordenamiento territorial o de ejecución de nuevas obras. Señores, en muchos lugares de Europa y hasta en Latinoamérica, se destinan sumas de dinero a la gestión cultural del gobierno que superan por mucho el raquítico (y según mi estimado más optimista) 0.2 % - dos décimas del uno por ciento, una quinientosava parte del presupuesto público - consignado a todas las manifestaciones de la cultura - incluyendo además música, teatro, literatura, artesanía, etc. ¡Una gran vergüenza!

De la memoria histórica y la presencia del pasado, su mejor manifestación y la mas contundente es la de sus restos materiales, especialmente sus edificaciones y los paisajes culturales (de esto ultimo "I am going to give such a can this year") que se hallan entre los espacios cotidianos de nuestra humanidad. Tenemos que tener como misión de gobierno, pueblo, y profesionales el llamar la atención hacia los mismos y protegerlos, hacerlos parte vital de nuestra vivencia, reafirmar nuestra memoria pluricentenaria sobre este territorio. Orgullo de nuestros ancestros desde los indígenas hasta nuestros ancestros inmediatos, el patrimonio está bien presente en nuestra vida y conciencia. No es moral destruirlo por codicia o ignorancia.

Y a nuestro nuevo gobernante, Hon. Luis Fortuño con su equipo, con nuestro patrimonio, nuestra memoria, nuestras colecciones culturales, nuestras expresiones temporales e intangibles, en fin con nuestra CULTURA... BREGA... BREGA... ¡PERO BREGA BIEN!

Thursday, January 01, 2009

CUBA: MEDIO SIGLO DEFENDIENDO LA CULTURA Y EL PATRIMONIO (apunte general a modo de introducción)

Por cincuenta años al día de hoy la República de Cuba, dentro de su proceso revolucionario y valiente, ha incluido la recuperación del patrimonio como componente esencial del mismo. Quiero en este blog analizar los éxitos y problemas de la defensa del patrimonio cultural cubano. Inicialmente, como homenaje urgente a ese GLORIOSO MEDIO SIGLO de logros en favor del patrimonio, reproduzco esta noticia de mi grupo de Facebook Patrimonio Histórico de Puerto Rico, celebrando la cuarta ciudad cubana ingresada a la lista del Patrimonio de la Humanidad.

18 de julio de 2008
CUBA SE APUNTA OTRA... Y CUANDO LO HAREMOS NOSOTROS?
Camagüey es la cuarta ciudad cubana en entrar al Patrimonio Mundial

Hemos conocido que el 7 de julio de 2008 la Unesco confirió a la ciudad cubana de Camagüey, en el centro-este, el honor de ser la cuarta ciudad de este país en entrar a la lista del Patrimonio de la Humanidad acompañando a la Habana Vieja, Trinidad, y Cienfuegos.

Urbe de barro, mampostería y piedra, con sus techos de teja roja y sus tinajas, cuna del excelso poeta Nicolás Guillén, la ciudad antes llamada Puerto Príncipe es otro galardón que demuestra lo serio que es el asunto del patrimonio, su respeto y realce, en la hermana tierra.

Por la ridícula legislación gringa que exige consenso del 100% de los dueños para designar una ciudad Patrimonio Mundial, Puerto Rico se va rezagando cuando ni San Juan Antiguo, ni San Germán - ambas poblaciones que entiendo eminentemente cualificadas para ser dignas representantes boricuas a esta importante lista - pueden ser consideradas. Tenemos que poner ojo a lo que ocurre en países cercanos y asegurar proteger lo que poseemos y darlo a conocer a través del planeta!

Hay que felicitar a la comunidad conservacionista cubana por este logro; y redoblar solidariamente la defensa de lo que nos queda en suelo boricua.

Reportajes sobre Camagüey Histórico:

- Uno del diario Adelante de Camagüey

- Uno de la oficina de cultura de la ciudad

- Oficina del Historiador de la Ciudad de Camagüey
Esta noticia representa la importancia del pueblo cubano de identificar, proteger y manejar sus numerosos lugares históricos para resaltar su identidad. ¡Bravo por los arquitectos y conservacionistas cubanos! Ellos son verdaderos HÉROES de una GLORIOSA REVOLUCIÓN que va creando nuevos hombres y mujeres que son la esperanza de nuestro planeta.